
Un contador de historias que sigue creyendo en el poder de la comunicación y la magia de las palabras. Nunca pensé que llegaría a juntar tantas letras.

No podemos cambiar el mundo, pero sí podemos aportar nuestro granito de arena para construir un lugar mejor en el que las futuras generaciones sean más igualitarias e inclusivas.

Sigo siendo un niño –que peina ya canas– de barrio que cumplió sus sueños radiofónicos, acarició letras en periódicos y sintió con fuerza una profesión tan maravillosa como el periodismo. Gracias a mis maestras y maestros por hacerlo posible.